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  • Foto del escritorAlan Tacoman

Falsa crónica: De íconos al hate excesivo


El hate. Diario lidiamos con él y desde perspectivas personales hasta externas. Yo he de confesar que soy fiel víctima del hate y que sucumbo a él en ciertos temas. Desde la pasión futbolera hasta ciertos actos musicales que no tolero o que me ocasionaron una decepción tremenda (Saludos Maroon 5 y Artic Monkeys) y de ahí despertaron un hate innecesario que he de aceptar en ocasiones nubla mi juicio en los dos casos a pesar de que hay canciones de ambas agrupaciones que disfruto.


En temas generales, Twitter se ha vuelto una batalla desmedida de egos y gente que creemos sabe todo. Todos creen tener la verdad absoluta sin entender que todo sale de opiniones personales y que nadie poseemos la verdad. Y hay que aceptar que mucho de lo que leemos viene de una tolerancia 0 a ideas distintas y sobre todo, todo cegado por el odio. El caso más claro en México viene de la figura de Guillermo Ochoa que a pesar de ser históricamente el Hugo Sánchez de la portería mexicana, el tipo sigue siendo demeritado y abucheado por la fanaticada mexicana que irracionalmente, adoptaron un hate orquestrado por figuras del medio deportivo del Ajusco. Mismo caso con el tema Hugo Sánchez, aunque ahí el ego de Hugo ha provocado este odio.


Dejamos de tener opiniones personales para compartirlas en pro de ser cool o de estar "en onda" (Inserte speech de Ab Simpson diciendo "Y te va a pasar a ti"). La música, nuestro tema medular, pasa por estos fenómenos. Mencionemos directo a Flor Amargo, Ricardo Arjona, Ed Maverick, Los Caligaris, etc. La lista sigue hasta llegar a la parada de U2 en dónde sabemos perfecto que la figura de Bono es muy odiada y a veces sin tener un contexto de por qué hace lo que hace. Entre figuras odiadas llegamos a Benito, AKA Bad Bunny. El "conejo malo" ha sido objeto de burlas y odios por su tono de voz al "cantar" por sus letras y actitudes como la que tuvo con una fan. Yo llegué a formar parte de ese grupo que detestaba a Benito por sus letras, sobre todo en su etapa más "trapera". Durante años empecé a detectar temas que ante mi enojo comenzaban a gustarme hasta que entendí que tal vez ir contra la corriente era mala idea. El disco colaboración con Balvin (Oasis) me gustó bastante hasta llegar a YHLQMDLG que se convirtió en uno de los mejores discos del 2020, seguido de El Último Tour del Mundo.


De a poco, las canciones del buen benito comenzaron a aparecer en mi playlist hasta aparecer el Un Verano Sin Ti. Como contexto, esa necedad mía de ir contra corriente hizo que fuera directo a ese disco a destrozarlo y ponerlo como mierda sobrevalorada y criticar a la generación por conformarse con tan poquito y por faltarles cultura musical. Nefasto, ya sé. Vaya sorpresa. Desde el inicio del material con Moscow Mule, seguido de la enérgica Después de la Playa, parando a Me Porto Bonito y en Tití Me Preguntó, que sin temor a equivocarme es una de las mejores canciones que Benito a realizado. Un disco que brilla por su atrevimiento, por sus ganas de no encasillarse y por experimentar, además de contar con varias colaboraciones.


Disfrutable, fastuoso y lleno de energía hasta que apareció una canción que me mostró a un Benito que pensé jamás escucharía: Ojitos Lindos


Aquí no existe el pecado

Y equivocarse es bonito

Los errore' son placere'

Igual que to' tus besito'


Desde las trompetas que anuncian el inicio de la canción, sumadas a la voz de la gran Liliana Saumet de Bomba Estéreo, sumado con el ritmo de Tainy y la chambeta clásica colombiana, Ojitos Lindos es para mi un triunfo a un género urbano que habla del amor sin necesidad de dominar a su pareja, diluirla o denigrarla. Equivocarse es bonito es una de las declaraciones de amor real más bonitas que en las canciones puedes encontrar, aceptar el error como algo que es parte de una relación que, socialmente, tiene que ser perfecta, es un acto bien revolucionario y refrescante ante un género que acostumbra irse a terrenos más sexuales.


Yo le hablo a Dio' y tú ere' su respuesta

Aprendí que los momento' lindo' nunca cuestan

Como cuando me regalas tu mirada

Y el sol, su puesta (ey, ey), y el sol, su puesta


Bad Bunny, a raíz de la exitosa gira del disco antes mencionado, se convirtió en el primer latino en headlinear en Coachella este pasado viernes. Y vamos, que si no han visto este acto, creo se están perdiendo de uno de los mejores shows en la historia reciente del festival. Un homenaje impresionante a la cultura musical latina desde los ídolos puertorriqueños de la salsa, hasta los padres del reggaetton, el show de Bad Bunny estuvo repleto de referencias a la cultura boricua y a los latinos, además de contar con varias colaboraciones y un sorpresivo dueto con Post Malone. De más está mencionar que el show de Benito fue lo más destacado de Coachella y que lo estableció en un terreno que a más de uno le costará trabajo entender: Icónico. Bad Bunny pisó el terreno de ícono este fin de semana y nos dejó en claro que el tipo no busca menos. Su música, su naturalidad y el gozo que demuestra cada vez que pisa un escenario, lo pone por encima de muchos otros actos que hoy en día, esos "melómanos" de cabecera escuchan o apoyan.


La música es un buffet tremendo de consumibles acorde a cada gusto, un buffet que tiene de todo para todos. Desde lo más fastuoso hasta lo más casual, desde un platillo elaborado hasta un poco de pizza. La música tiene de todo para todos y es un arte tan diverso que en su universalidad, radica su belleza total. Cerrarse a un género o enfocarse solamente en algo por cuestiones de "elevación falsa" es totalmente innecesario y atenta contra el gran valor que tiene la música.


Y vamos, no tienes que amar u odiar a Benito, ni siquiera tienes que escucharlo, pero creo que cerrarte a ello puede hacerte perder a uno de los artistas más interesantes en un buen rato. Un ícono que, nos guste o no, va a ser el gran baluarte de la nueva era musical.





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